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Importancia de la Hidratación en Personas Mayores

Foto del escritor: Formación Avanzada EuropeaFormación Avanzada Europea

La hidratación es un pilar fundamental para la salud en todas las etapas de la vida, pero adquiere una relevancia especial en las personas mayores. Con el envejecimiento, el cuerpo experimenta cambios fisiológicos que afectan su capacidad para regular los niveles de agua, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. En este blog, exploraremos por qué es crucial mantener una buena hidratación en la tercera edad, cómo identificar signos de deshidratación y qué estrategias podemos implementar para prevenirla.



Cambios fisiológicos en la vejez


A medida que envejecemos, el cuerpo reduce su capacidad para conservar agua. Esto ocurre debido a:


Disminución de la sensación de sed: Las personas mayores tienden a sentir menos sed, incluso cuando sus cuerpos necesitan líquidos.


Reducción del contenido total de agua corporal: Los adultos mayores tienen un menor porcentaje de agua en su cuerpo en comparación con los jóvenes.


Alteraciones renales: Los riñones pierden eficiencia para concentrar la orina, lo que resulta en mayor pérdida de agua.


Condiciones médicas y medicamentos: Enfermedades como la diabetes, infecciones y el uso de diuréticos o laxantes pueden aumentar la pérdida de líquidos.


Consecuencias de la deshidratación en personas mayores


La deshidratación en la tercera edad puede tener efectos graves sobre la salud, tales como:


Confusión y desorientación: Un nivel inadecuado de líquidos puede afectar la función cognitiva, causando pérdida de memoria, confusión y riesgo de caídas.


Problemas renales: La deshidratación puede llevar a insuficiencia renal aguda.


Estreñimiento: La falta de agua dificulta el funcionamiento normal del sistema digestivo.


Infecciones urinarias: Una hidratación insuficiente puede favorecer el desarrollo de infecciones en las vías urinarias.


Problemas cardiovasculares: La disminución del volumen sanguíneo puede afectar la presión arterial y aumentar el riesgo de problemas cardíacos.


Señales de alerta ante la deshidratación


Es crucial estar atentos a los signos de deshidratación en personas mayores. Algunos de ellos son:


Boca y piel secas.


Orina oscura y en menor cantidad.


Fatiga o debilidad.


Mareos o sensación de aturdimiento.


Dolor de cabeza.


Reducción de la elasticidad de la piel (turgencia).


Estrategias para mantener una buena hidratación


Promover el consumo regular de agua: Ofrecer agua frecuentemente, incluso si la persona no siente sed.


Incluir alimentos ricos en agua: Frutas como la sandía, el melón y las naranjas, así como sopas y caldos, pueden complementar la ingesta de líquidos.


Establecer recordatorios: Utilizar alarmas o aplicaciones para recordar beber agua a lo largo del día.


Evitar bebidas deshidratantes: Reducir el consumo de café, té y alcohol, que pueden aumentar la pérdida de agua.


Facilitar el acceso al agua: Colocar botellas o vasos de agua en lugares visibles y de fácil acceso.


Personalizar la hidratación: Adaptar la cantidad de líquidos según las necesidades individuales y condiciones médicas.


Conclusión


Mantener una buena hidratación en las personas mayores es esencial para preservar su salud y bienestar general. Los cuidadores y familiares desempeñan un papel clave en la promoción de hábitos de hidratación adecuados. Con atención y estrategias simples, podemos prevenir complicaciones y mejorar significativamente la calidad de vida en la tercera edad.

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