Comenzando en el aula matinal: errores comunes del monitor y cómo evitarlos
- Formación Avanzada Europea
- 17 jun
- 3 Min. de lectura
Despertarse antes que el sol, llegar con energía a un aula medio dormida y ser la primera cara que ven los estudiantes: ser monitor en el turno matinal es una tarea exigente, pero también llena de oportunidades.
Sin embargo, el comienzo puede estar lleno de tropiezos. Y aunque equivocarse es parte natural del aprendizaje, conocer los errores más comunes desde el principio puede ahorrarte más de un mal rato y ayudarte a construir una experiencia sólida y satisfactoria.
Aquí te presentamos los errores más frecuentes que cometen los monitores en el aula matinal, junto con estrategias prácticas para evitarlos.

1. Llegar sin energía ni preparación
El error:
El aula matinal comienza temprano y, a veces, los monitores también llegan con “modo avión activado”. Improvisar actividades o simplemente “esperar que pasen los minutos” transmite apatía a los niños, y el ambiente se vuelve monótono.
Cómo evitarlo:
Prepárate la noche anterior. Tener listas un par de actividades tranquilas pero atractivas puede marcar la diferencia. Una buena playlist suave, fichas para colorear, juegos de mesa simples o cuentos cortos son aliados ideales para empezar con buen pie.
2. No establecer rutinas claras
El error:
Muchos monitores novatos comienzan con buenas intenciones, pero sin una estructura definida. Esto puede generar ansiedad en los niños y desorganización general.
Cómo evitarlo:
Crea una rutina visual y repetitiva para que los estudiantes sepan qué esperar. Por ejemplo:
Llegada y saludo
Actividad libre o dirigida tranquila
Pequeño desayuno (si aplica)
Dinámica corta de activación
Preparación para pasar al aula
Las rutinas dan seguridad y reducen conflictos.
3. Hablar mucho y escuchar poco
El error:
El monitor novato a menudo cree que debe tener todo bajo control verbal: dar indicaciones, corregir, animar... pero termina saturando a los estudiantes.
Cómo evitarlo:
Habla menos y observa más. A veces, con una mirada o una señal basta para mantener la atención. Escucha lo que los niños necesitan esa mañana: ¿Vienen con sueño? ¿Inquietos? ¿Tristes? Adaptar tu enfoque mejora el ambiente de forma significativa.
4. No gestionar bien el tiempo
El error:
El aula matinal tiene un tiempo limitado, y si no se gestiona bien, o todo pasa muy lento o todo se atropella al final.
Cómo evitarlo:
Divide tu tiempo en bloques de 10-15 minutos. Planea una combinación de actividades pasivas y activas, y siempre ten una alternativa por si algo no funciona. Llevar un reloj a la vista y establecer señales claras de cambio ayuda mucho.
5. No anticiparse a los momentos críticos
El error:
Muchos monitores esperan que los problemas surjan para actuar: discusiones, aburrimiento, desmotivación, etc.
Cómo evitarlo:
Con el tiempo, aprenderás a identificar momentos críticos: después de la llegada, tras una actividad que no les gustó, justo antes de pasar al aula. Anticiparse con dinámicas calmadas, respiros activos o música puede prevenir el conflicto antes de que estalle.
6. No conocer bien a los estudiantes
El error:
Tratar a todo el grupo igual, sin detenerse a conocer a los niños y niñas individualmente, puede dificultar el manejo del aula.
Cómo evitarlo:
Tómate unos minutos cada mañana para saludar de forma personalizada, preguntar cómo están o recordar algo que mencionaron el día anterior. Eso crea vínculos y mejora el clima general.
7. No comunicarse con el equipo docente
El error:
Ver el aula matinal como un espacio aislado del resto del colegio. Algunos monitores trabajan en solitario y no informan sobre situaciones importantes.
Cómo evitarlo:
Mantén una comunicación fluida con los profesores y el equipo directivo. Si un niño llega constantemente triste, tiene conductas extrañas o está muy irritable, compártelo. Tu visión matinal puede ser clave para detectar necesidades más profundas.
8. Descuidar el autocuidado
El error:
El monitor matinal suele comenzar su jornada mucho antes que los demás, y si no se cuida, el cansancio acumulado afecta su rendimiento.
Cómo evitarlo:
Organiza tu rutina para dormir bien, desayunar antes de entrar y tener momentos de pausa. El autocuidado no es un lujo: es una necesidad para sostener tu energía y motivación a largo plazo.
En resumen
Comenzar como monitor en el aula matinal es una experiencia que requiere empatía, organización y capacidad de adaptación. Los errores no son fracasos, sino señales que nos enseñan qué ajustar.
Si estás dando tus primeros pasos en este rol, recuerda: no se trata de hacerlo perfecto, sino de estar presente, aprender con humildad y construir un espacio seguro y positivo desde las primeras horas del día.


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