top of page

Cómo Combinar Entrenamiento y Alimentación para Obtener Mejores Resultados

  • Foto del escritor: Formación Avanzada Europea
    Formación Avanzada Europea
  • 20 may
  • 3 Min. de lectura

Si estás entrenando constantemente pero no ves los resultados que esperas, es muy probable que la pieza que falta en tu rompecabezas sea la alimentación. Entrenar duro es solo una parte de la ecuación; lo que comes antes, durante y después del ejercicio puede marcar una gran diferencia en tu rendimiento, recuperación y progreso físico.


En este artículo, exploraremos cómo combinar entrenamiento y alimentación de forma estratégica para maximizar tus resultados, ya sea que busques ganar músculo, perder grasa o simplemente sentirte mejor.


ree

1. El principio básico: nutrición y entrenamiento no funcionan por separado


Tu cuerpo necesita energía para rendir y nutrientes para recuperarse. Si entrenas sin darle a tu cuerpo lo que necesita, puedes encontrarte con fatiga, estancamiento o incluso lesiones.


Piensa en tu cuerpo como un coche: el entrenamiento es el motor, pero la alimentación es el combustible. Un coche deportivo no corre con gasolina barata. Tu cuerpo tampoco.


2. Antes del entrenamiento: qué comer y cuándo


¿Por qué importa?

Comer antes de entrenar te proporciona energía para rendir mejor y evitar el catabolismo (la pérdida de masa muscular).


¿Qué comer?

Carbohidratos de digestión media o rápida, como avena, pan integral, arroz blanco o fruta.


Proteínas ligeras, como yogur, clara de huevo o batido de proteína.


Ejemplos:

Avena con plátano 60–90 minutos antes de entrenar.


Tostadas integrales con pavo 1 hora antes.


Batido de proteína con una fruta 30–45 minutos antes.


Evita comidas muy grasas o pesadas justo antes de entrenar: pueden hacerte sentir lento o con malestar estomacal.


3. Durante el entrenamiento: ¿necesitas comer?


Para entrenamientos menores a una hora, el agua suele ser suficiente. Pero si haces sesiones largas o intensas (como crossfit, ciclismo o entrenamientos dobles), podrías considerar:


Agua con electrolitos.


Snacks ligeros ricos en carbohidratos rápidos, como una bebida deportiva, geles energéticos o plátano.


La clave es mantenerte hidratado y no permitir que tu energía se desplome a la mitad del entrenamiento.


4. Después del entrenamiento: la ventana de oro


¿Por qué es crucial?

Después de entrenar, tu cuerpo está en modo "reparación y recarga". Necesita nutrientes para reconstruir los músculos y reponer el glucógeno (energía).


¿Qué comer?

Proteínas de alta calidad: pollo, huevos, pescado, batidos, tofu.


Carbohidratos de rápida absorción: arroz, patatas, frutas, pan.


Ejemplos:

Pechuga de pollo con arroz y verduras.


Tortilla de claras con avena y frutos rojos.


Batido de proteína con banana y leche vegetal.


Consejo: Intenta comer dentro de los 30–60 minutos posteriores al entrenamiento. No es obligatorio, pero puede acelerar la recuperación.


5. ¿Cuánto debes comer? Depende de tu objetivo


Si quieres ganar músculo:

Come en superávit calórico: consume más calorías de las que gastas.


Prioriza proteínas (2 g por kg de peso corporal, aproximadamente).


Incluye buenos carbohidratos y grasas saludables.


Si quieres perder grasa:

Come en déficit calórico moderado.


Mantén una buena cantidad de proteína para no perder músculo.


Asegúrate de tener energía suficiente para entrenar bien (no reduzcas en exceso).


Si buscas mantenerte:

Ajusta tus calorías a tu nivel de actividad diaria.


Sé constante en la calidad de los alimentos más que en la cantidad exacta.


6. Más allá de las calorías: calidad sobre cantidad


No todo es contar calorías. Dos dietas con las mismas calorías pueden tener efectos completamente diferentes si una está basada en comida ultraprocesada y la otra en alimentos reales.


Opta por:


Verduras y frutas.


Proteínas magras.


Grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva).


Carbohidratos complejos.


Y sobre todo, escucha a tu cuerpo. Si estás cansado constantemente, irritable o sin energía, tu dieta puede no estar apoyando bien tu entrenamiento.


7. Suplementos: ¿necesarios?


No son obligatorios, pero algunos pueden ayudarte si tienes una base nutricional sólida:


Proteína en polvo: cómoda y práctica para después del entrenamiento.


Creatina monohidratada: ayuda en fuerza, masa muscular y recuperación.


Cafeína: mejora el rendimiento si se toma antes de entrenar.


Omega-3: antiinflamatorio natural si no comes mucho pescado.


Recuerda: los suplementos complementan, no sustituyen una buena dieta.


8. Conclusión: la clave está en la coherencia


Entrenar y comer bien deben ir de la mano. No necesitas una dieta perfecta ni una rutina militar, pero sí consistencia, buenas decisiones diarias y adaptaciones según tu objetivo.


Pequeños cambios sostenidos en el tiempo generan grandes resultados.

Comentarios


bottom of page