Educación con patas: cómo los perros en las aulas transforman el aprendizaje y la salud emocional
- Formación Avanzada Europea
- 3 jul
- 3 Min. de lectura
Cuando hablamos de innovación educativa, solemos pensar en pizarras digitales, metodologías activas o inteligencia artificial. Pero a veces, la revolución pedagógica llega sobre cuatro patas, con cola y mirada tierna. Así ocurre en escuelas como la Escola Lleó XIII de Barcelona, donde perros entrenados forman parte del día a día escolar, ayudando a los niños a aprender, socializar y crecer emocionalmente más sanos.

¿Qué es la terapia asistida con animales en la escuela?
La terapia asistida con animales (TAA) en el contexto educativo no busca solo entretener a los alumnos, sino que tiene fines terapéuticos y pedagógicos claros. Se basa en la interacción estructurada entre los niños y perros de terapia para mejorar el ambiente emocional del aula, fomentar habilidades sociales, incrementar la motivación y la atención, y reducir el estrés y la ansiedad.
Los perros no son mascotas escolares, sino agentes terapéuticos guiados por educadores, psicólogos o terapeutas formados en intervención asistida con animales.
¿Cómo funcionan estos programas en España?
En el caso de la Escola Lleó XIII, uno de los proyectos más relevantes de 2025, el programa consiste en sesiones semanales donde grupos de alumnos trabajan con el perro y su guía en actividades como lectura en voz alta al perro, juegos de obediencia para mejorar la comunicación y la paciencia, dinámicas de trabajo cooperativo y momentos de relajación con el perro, reduciendo los niveles de ansiedad.
La actividad se adapta según la edad y las necesidades del grupo. Niños con TDAH, TEA (trastorno del espectro autista), ansiedad o baja autoestima encuentran en el perro un aliado que no juzga ni presiona.
Beneficios en el aula
Numerosos estudios respaldan el impacto positivo de estos programas. La interacción con perros ha demostrado reducir el estrés, aumentar la atención y mejorar la empatía de los alumnos. Los niños desarrollan habilidades sociales, mejoran su capacidad de concentración y fortalecen su autoestima. Además, el clima escolar se vuelve más colaborativo, disminuyen los conflictos entre compañeros y se fomenta un entorno de respeto y cuidado mutuo.
Un profesor de Lleó XIII lo resume así: “La presencia del perro convierte el aula en un espacio más humano y respetuoso. Donde hay ternura, hay aprendizaje”.
Testimonios reales
Los testimonios de los niños y profesores reflejan el impacto emocional positivo:
Lucía, 9 años: “Antes me daba miedo leer en alto. Ahora se lo leo a Kira, y ella me escucha sin reírse.”
Álvaro, 11 años, TDAH: “Cuando estoy nervioso, acariciar al perro me ayuda a tranquilizarme y a pensar antes de actuar.”
Clara, profesora: “He visto niños que no participaban nunca, empezar a hablar con fluidez cuando están con el perro. Es mágico.”
Aspectos a tener en cuenta
Como cualquier intervención, requiere una gestión responsable. Los colegios deben seleccionar perros certificados en terapia asistida, no cualquier animal doméstico. Deben cumplirse protocolos estrictos de higiene y seguridad, incluyendo el control de alergias en el aula y la supervisión constante de la interacción. También es esencial respetar la voluntad de los alumnos: ningún niño debe participar si no se siente cómodo, y se ofrecen alternativas a quienes tienen miedo o rechazo a los perros.
La asociación DogEduc, que colabora con Lleó XIII, destaca que el bienestar animal es igualmente prioritario: los perros trabajan un número limitado de horas y descansan entre sesiones para evitar el estrés.
¿Qué dice la ciencia?
Un informe reciente de la Universidad Autónoma de Barcelona (2024) señala que, en escuelas que incorporaron perros de terapia durante seis meses, el índice de conflictos en el patio disminuyó notablemente. Además, la mayoría del alumnado mostró mejoras en su expresión emocional y motivación académica, especialmente en actividades como la lectura.
Estos resultados coinciden con estudios similares en Alemania, Reino Unido y Suecia, donde la presencia de perros de terapia en escuelas ha demostrado ser beneficiosa para el desarrollo emocional y social del alumnado.
Una tendencia en expansión
Cada vez más centros escolares en España, tanto públicos como privados, están solicitando incorporar perros de terapia en aulas de educación infantil, primaria y secundaria. Aunque todavía son proyectos piloto, el Ministerio de Educación ha mostrado interés en estudiar su impacto e impulsar una regulación que permita su implantación progresiva en más centros.
Ciudades como Málaga, Madrid o Bilbao también han comenzado iniciativas similares, con buenos resultados iniciales.
Reflexión final: educar desde la emoción
En un contexto donde el estrés, la hiperactividad y la sobreexposición digital afectan al desarrollo emocional infantil, el contacto con un ser vivo, tranquilo y afectuoso como un perro devuelve a la escuela un valor esencial: la calma emocional como base del aprendizaje.
Quizá no todos los problemas educativos se resuelvan con un perro en el aula, pero muchos de los obstáculos emocionales que frenan el aprendizaje sí encuentran alivio en su compañía.
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